domingo, 27 de noviembre de 2016

Un día para dar

Me pregunto cuándo acogeremos entre nuestras costumbres celebrar el Día de Acción de Gracias de la manera que se hace por ejemplo en Estados Unidos. La esperpéntica fiesta de Halloween parece que llegó para quedarse, como también lo hicieron antes Papá Noel y el árbol de Navidad pero, ¿qué pasa con el "Thanksgiving Day"?

Esta tradición, que se remonta al siglo XVII y que surgió para festejar el éxito de la cosecha, está vinculada en mis recuerdos a multitud de películas americanas en las que las familias se reúnen entorno a una mesa con un gran pavo relleno y otras exquisiteces. Al celebrarse el cuarto jueves de noviembre, llega casi como un avance de la Navidad y sirve para reflexionar y dar gracias por todas las bendiciones.
 
Yo os animo a celebrar el Día de Acción de Gracias, porque, aunque en algunos momentos atravesemos por problemas y dificultades seguro que podemos encontrar infinidad de cosas por las que sentirnos agradecidos, y no hablo sólo de cosas materiales, sino de algo tan básico e importante como la salud, el amor, el cariño, la familia, los amigos…
 
Con todas las calamidades e injusticias que ocurren diariamente en el mundo, nosotros, que vivimos en un país en paz, que disfrutamos de todo lo necesario para llevar una vida confortable, no podemos pasar por alto la gran suerte que tenemos y, por tanto, es justo que nos mostremos agradecidos tendiendo una mano hacia aquellos que más lo necesitan, hacia los que lo tienen menos fácil.
 
Y precisamente, con el fin de crear una enorme ola de buenas acciones, hace años que surgió una iniciativa que se ha ido extendiendo por todo el mundo y no es otra que celebrar el día de la  generosidad. Se trata del #GivingTuesday conocido en España como “Un día para dar”, y se celebra el martes siguiente al día de acción de gracias. Si visitas su página web encontrarás cantidad de iniciativas creadas por empresas, organizaciones y personas individuales en las que podrás participar y hallarás ideas para crear las tuyas propias y compartirlas con tus compañeros de trabajo, familia, amigos, vecinos…
 
Si quieres poner tu granito de arena para hacer crecer aún más esta inmensa ola de bondad, hay infinidad de actividades en las que puedes participar como  donaciones a fundaciones y ONGs, colaborar en las campañas de "llenamos la despensa", apadrinar un niño,  acompañar a personas mayores que viven solas, visitar a familiares enfermos... y si además dispones de algo de tiempo libre a lo largo del año puedes dedicarlo a labores de voluntariado ayudando en comedores benéficos, residencias de la tercera edad, niños en hospitales, etc., tan sólo tienes que escoger dónde podrías aportar lo mejor de ti y decidirte a hacerlo. La recompensa personal es muy grande pues, a cambio, recibirás el mejor de los regalos que no es otro que, la satisfacción de hacer algo bueno por los demás.
 
El 29 de noviembre celebremos "Un Día para Dar".

¡Haz correr la voz!
 
 
¡Feliz #GivingTuesday!

domingo, 20 de noviembre de 2016

Vestidas para triunfar


El otro día estuve con unas amigas celebrando que una de ellas acababa de conseguir un puesto de trabajo interesante tras varios años en paro. He de decir que esta brillante ingeniera no ha perdido el tiempo. Durante este lapsus no sólo se ha dedicado a ampliar su formación sino que también se ha puesto el gorro de profesora y ha impartido clases de matemáticas, informática, y hasta se lanzó al desconocido mundo del “glamour” vendiendo casa por casa productos de belleza de una conocida marca.  

Y es que en esta vida hay que aprovechar todas las oportunidades que se presentan, porque nunca sabes si aquel cursillo absurdo que un día hiciste podrá inspirarte en el futuro para crear algo nuevo. Sólo hay que fijarse en el creador de Apple, ¿Quién le iba a decir a Steve Jobs que con aquel curso de tipografía que realizó de joven iba a poder revolucionar el mundo de la informática y hacerse millonario?

El caso es que mi amiga está encantada con su nuevo trabajo en el que por fin podrá desarrollar sus capacidades, sin embargo, tantos lunes al sol han moldeado en ella un estilo desaliñado que no hace justicia  a todo lo que vale, porque ahí donde la ves, con ese chándal raído y esas camisas de leñador, mi amiga tiene un expediente académico estupendo, habla varios idiomas y encima es encantadora, pero me temo que si continúa apostando por ese estilo de "andar por casa" sus colegas no la tomen en serio y eso acabe pasándola factura, porque sí, el aspecto lo queramos o no, dice mucho de una persona.

Hoy en día no basta con tener un curriculum impresionante, sino que además hay que parecerlo. Esto puede parecer superficial pues en principio con ser bueno en tu trabajo debería ser bastante pero no siempre es así y hay un motivo. La realidad es que nos sentimos más cómodos relacionándonos con personas de nuestro mismo nivel y buscamos señales que nos acercan. Y es que no vamos con nuestro currículum pegado a la solapa de nuestro traje, pero nuestro traje dice mucho de nosotros, habla de nuestros gustos, de nuestra postura ante la vida, de nuestras ambiciones, de nuestra posición profesional y personal. Por eso es importante cuidar el aspecto y crearnos una marca personal acorde con lo que uno es y quiere llegar a ser. 

Para mi amiga llegó la hora de aplicar lo que aprendió en su etapa glamurosa, de reservar las deportivas y los pantalones de chándal exclusivamente para hacer deporte y de hacerse poco a poco con un fondo de armario básico que le sirva para relacionarse de igual a igual con sus colegas. Mi amiga vale mucho, y lo va a demostrar con chándal o con traje, pero sin duda, esto último le ayudará a llegar más fácilmente a la cima.

Tu estilo personal no debería convertirse en un stopper para tus relaciones profesionales, añade un poco de "glamour" a tu armario.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Uso eficiente de los grupos de WhatsApp



Existen tantos grupos de WhatsApp como relaciones unen a las personas y es precisamente por eso, que ni todos los grupos son iguales ni tienen los mismos objetivos. Desde el grupo informal creado entre amigos para divertirse y enviarse chistes, hasta el grupo formado por compañeros de trabajo para hacer seguimiento de un proyecto, grupos hay muchos y pueden ser muy útiles, pero si participas en alguno de ellos, como me atrevo a apostar que sí, deberías conocer algunas normas básicas para que la convivencia en estos grupos no acabe convirtiéndose en una pesadilla.
 
Aquí van algunas ideas para hacer de los grupos de WhatsApp una experiencia extraordinaria, y todas ellas se resumen en una palabra: Respeto.
  • Lo primero de todo y fundamental es saber el objetivo del grupo y respetarlo.
  • Compartir asuntos que interesan a todos. Si dentro del grupo surge una conversación individual con un integrante del grupo, lo mejor es abrir un chat individual para salvaguardar la privacidad con esa persona y evitar molestar al resto del grupo con asuntos que no les conciernen.
  • No envíes fotos y vídeos masivos pues puedes llegar a colapsar la memoria del teléfono de tus amigos, y si no están conectados a WiFi les obligarás a gastar una gran cantidad de datos móviles. Hay otras redes sociales como Facebook o Instagram que son más indicadas para compartir imágenes. De todas formas, si aun así quieres enviar archivos pesados lo mejor es que preguntes primero y luego los envíes individualmente a quien le interese.
  • La tenencia, publicación y difusión de contenidos pornográficos desde los Smartphones es delito  y está igualmente penado que cuando se hace por internet, así que tampoco los compartas por WhatsApp.
  • No repitas preguntas ya comentadas. No seas remolón y revisa los mensajes que se han enviado anteriormente. Puedes usar la opción de escribir una palabra clave como “cena” o “quedada Navidad” en el buscador de WhatsApp para que aparezca un listado con todas las veces que apareció esa palabra, y si esto no da resultado siempre puedes preguntar por mensaje privado a alguien de confianza.
  • Escribe sólo lo necesario. Si necesitas enviar un mensaje que conlleve una gran cantidad de texto lo mejor es hacerlo por mail o hablarlo por teléfono.
  • No uses los grupos durante las horas de trabajo. Trata de enviar tus mensajes después de las 6 de la tarde, así evitarás interrumpir a tus amigos durante su jornada laboral. Recuerda que los mensajes a primerísima hora de la mañana o de madrugada tampoco son muy buena idea.
  • No critiques ni difundas rumores. Pero tampoco caigas en la trampa del spam pues contribuirás a difundir bulos en las redes. Secuestros de niños, colonias que te duermen, golosinas con droga, falsos vales descuento, bandas que asaltan en carreteras, frutas infectadas de VIH o inminentes atentados en centros comerciales. ¿Quién no ha recibido alguna vez alguno de estos mensajes que muchas veces proceden supuestamente de fuentes oficiales para hacerlas más creíbles? Generalmente se trata de mensajes anónimos, escritos en un castellano neutro para facilitar su difusión y suelen contener faltas de ortografía. Además suelen incluir una petición de reenvío ya sea para alertar a otras personas, para evitar la mala suerte o cualquier otro motivo. El verdadero objetivo de estos mensajes es captar direcciones de correo o de teléfono para crear bases de datos y realizar campañas de correo masivo que pueden conllevar fraudes o virus informáticos.
  • Cuidado con los grupos masivos de más de 128 personas que no se conocen entre sí. Puede que recibas invitación para pertenecer a uno de estos grupos que por lo general se utilizan para vender productos, promocionar negocios o difundir cualquier otra información supuestamente relevante. Pertenecer a uno de estos colectivos puede convertirse en una pesadilla pero al menos siempre tenemos la opción de salir del grupo y recuperar nuestra libertad.
  • Si deseas enviar publicidad a través de WhatsApp es recomendable que conozcas lo que marca la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), que en su Artículo 21.1 LSSI establece lo siguiente. “Queda prohibido el envío de comunicaciones publicitarias o promocionales por correo electrónico u otro medio de comunicación electrónica equivalente que previamente no hubieran sido solicitadas o expresamente autorizadas por los destinatarios de las mismas”.
  • Felicita los cumpleaños y otras celebraciones por mensaje privado y así evitarás la constante cascada de saludos y emoticones que se generarán durante todo el día, sobre todo si se trata de un grupo con un buen número de participantes.
  • ¿Es necesario dar las gracias siempre? A veces una información útil va seguida de tantos gracias y caritas con corazones como integrantes hay en el grupo. Si son cuatro, está bien, pero cuando empiezan a aparecer por tu pantalla más de veinticinco gracias uno detrás del otro con su correspondiente pitidito, es algo del todo crispante. Por supuesto puedes silenciar ese grupo pero ¿No sería mejor que el primero en dar las gracias lo haga ya en nombre de todos los demás?.
 
Y tras estos consejos ya sólo me queda decir que tenemos la oportunidad de disfrutar de los beneficios que nos ofrecen las nuevas tecnologías para comunicarnos más y mejor, para mantener el contacto con nuestros amigos, familia y compañeros, siendo siempre respetuosos y sin olvidarnos que estas tecnologías sólo son una herramienta y no un fin, así que no tengas miedo a desconectar de vez en cuando.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Cartas llenas de sorpresas

El viernes, un compañero de la clase de baile nos regaló a todos una tarjeta de felicitación navideña pintada por él mismo. Me pareció un detalle precioso y original, pero me hizo recordar que hace bastante tiempo que dejé de enviar Christmas y por supuesto, también dejé de recibirlos.
 
¿Dónde ha ido a parar aquella costumbre que cada año hacía congestionar el servicio de correos? ¿Dónde ha ido a parar aquella costumbre que llenaba nuestras casas de bellos y coloridos mensajes de paz?.
 
Las redes sociales con su inmediatez han respaldado nuestro lado más perezoso pues... ¡si al menos tratáramos de ser creativos! Pero sin duda, es más fácil reenviar una frase hecha o un video divertido creado por otros, que dedicar unos minutos a redactar un mensaje original y personalizado para cada uno de nuestros amigos.
 
¿Estamos perdiendo creatividad?
 
Recuerdo la expectación que sentía cada vez que me asomaba al buzón de correos y encontraba alguna carta en su interior. Había una gran probabilidad de que fuese de algún amigo o amiga, y cuando ocurría ese feliz acontecimiento, me faltaba tiempo para abrirla y leerla una y otra vez dejándome llevar por sus diferentes caligrafías y por las historias que sobre el papel me contaban.
 
Hoy en día, el acto de abrir el buzón ya no conlleva para mí la menor emoción. La ausencia de correspondencia personal ha dejado un vacío difícil de suplir con la publicidad y los extractos bancarios que siguen llegando puntualmente a mi hogar.
 
Aún conservo muchas de las cartas y postales que recibí a lo largo de mi vida. En particular recuerdo con cariño la correspondencia que mantuve durante muchos años con mi amigo italiano Cosimo, y cómo no, las cartas llenas de complicidad y cariño que compartí con mi queridísima amiga Chelo.
 
Recuerdo el ritual que suponía redactar una carta. Era importante utilizar un bolígrafo que se deslizase ágil sobre el papel, que ayudara a dibujar con limpieza y armonía las palabras que brotaban del alma pero sobre todo, era imprescindible disponer de tiempo y  tranquilidad.
 
Escribir servía incluso de terapia porque en cada correspondencia no sólo compartíamos experiencias, sentimientos y proyectos, sino que nos desahogábamos de nuestros miedos e inseguridades y aunque sabíamos que pronto recibiríamos una respuesta de consuelo, ya sólo por el hecho de haber reflexionado, de haber ordenado nuestras ideas y de haberlas escrito, ya nos encontrábamos mejor.
 
A veces hace falta poner palabras a nuestros sentimientos para poder superar nuestros problemas, así que, si tienes algo que te preocupe, prueba a escribirlo sobre el papel. Te sentirás mejor.