sábado, 25 de julio de 2015

Asertividad para el verano

¿Te gustaría mejorar tus relaciones interpersonales y sentirte más seguro de ti mismo? ¿Sabías que nuestras reacciones suelen estar condicionadas por nuestras experiencias pasadas?
 
Efectivamente nuestro sistema de autodefensa guarda en la memoria todos los hechos que a lo largo de nuestra vida nos han producido un profundo malestar como una pelea, un insulto, un desdén o una burla por poner algún ejemplo, y cuando aparecen situaciones que podrían desencadenar conflictos similares se ponen en marcha las alarmas que provocan esos sentimientos de bloqueo o de agresividad que a veces tanto nos perjudican en nuestras relaciones con los demás.
 
Por eso es bueno saber que este tipo de reacciones suelen ser producidas por un instinto irracional al que no deberiamos hacer mucho caso pues lo cierto es que no tienen porqué repetirse siempre los mismos desenlaces. En su lugar, debemos aprender a dominar esos primeros impulsos y reconducir nuestros sentimientos aprendiendo nuevos códigos de respuesta que nos ayuden a liberar nuestros miedos y a controlar las situaciones.


La mejor forma de aprender a dominar nuestros impulsos es haciendo autocontrol.
 
Anota en un cuaderno todos los conflictos que a lo largo del día te hayan provocado algún tipo de bloqueo o irritabilidad. En él debes describir la situación que se ha presentado, qué has sentido ante ese hecho, cómo has reaccionado, qué has sentido al reaccionar así y cómo crees que deberías haberlo hecho mejor, es decir de una manera más asertiva.
 
Aunque pueda darte pereza realizar este ejercicio cada día, pronto te darás cuenta de su utilidad pues te permitirá analizar mejor las situaciones e identificar nuevas respuestas asertivas que poco a poco irás poniendo en práctica. Para este ejercicio no sólo debes identificar las situaciones y el tipo de conversaciones que te molestan sino también con qué personas entras en conflicto más a menudo. Puede que sea sólo tu pareja quien te saque de tus casillas, que tus padres  sean los que te hagan vivir en un continuo estado de ansiedad, o que te de una vergüenza atroz hablar con los compañeros del trabajo. El caso es que sabiendo qué situaciones o con qué personas pierdes más a menudo tus papeles conseguirás combatir tus reacciones adoptando respuestas más asertivas que te ayuden a defender tus derechos sin desvalorar a los demás.

¿Quieres saber cuáles son las respuestas asertivas más comunes que deberías poner en práctica? 

1.- Expresar claramente nuestros propios intereses y derechos cuando nos sintamos desvalorados por alguien, cuando nos interrumpen o nos descalifican. Para ello hemos de usar un tono firme pero no agresivo, e insistir en ello si no te hacen caso: "Perdona, pero es mi turno y me gustaría terminar de decir mi opinión". "Como te he dicho antes, me gustaría poder dar mi opinión".

2.- Empatizar con la otra persona empezando por reconocer sus razones o derechos para luego reinvindicar los nuestros. Se utiliza cuando no queremos herir a la otra persona pero no queremos pasar por alto nuestras necesidades. "Entiendo los motivos que te han hecho llegar tarde, pero comprende que yo tenía luego una entrevista y me has hecho llegar tarde".

3.- Exponer lo que uno siente cuando la otra persona hace determinada acción y el motivo de este sentimiento y pedirle a continuación que por favor trate de hacerlo de otra forma. Con este tipo de mensajes no se agrede a la otra persona ni se le echa la culpa de nada y es bastante efectiva cuando se pretende cambiar una actitud no deseada. "Cuando nos encontramos con Cristina y no la saludas me siento muy incómoda, ya sé que no te cae bien pero es mi amiga y te agradecería si la próxima vez la saludaras cordialmente". Es importante dar las gracias a la otra persona cuando veas que ha modificado esa actitud.

4.- Decir cosas positivas de la otra persona. Halagar es una buena forma de empatizar con los demás y no lo hacemos muy a menudo. "Me encanta el pañuelo que llevas, te sienta fenomenal".

Cuando existe un conflicto con una persona agresiva, o sumisa, lo mejor es llamarle la atención sobre su comportamiento y tratar de llevarle hacia una comunicación más asertiva utilizando los tipos de mensajes anteriores, pero recuerda que si a pesar de tu asertividad no consigues que la otra persona cambie de actitud la responsabilidad es suya y lo mejor sería  aplazar la conversación a otro momento en el que esté más receptivo.
 
Ahora ya sabes cómo puedes llegar a controlar tus reacciones y conoces algunos recursos para comunicarte asertivamente. Es hora de ponerlo en práctica, y qué mejor que durante estas vacaciones cuando la convivencia familiar puede desencadenar encuentros y desencuentros.

¡¡¡Pon en práctica la asertividad este verano y disfruta de unas felices vacaciones!!!!