domingo, 20 de marzo de 2016

Porque nosotras lo valemos

Queridas, ¿Qué nos impide llegar allí donde queremos estar?. ¿No es cierto que uno de nuestros peores enemigos somos nosotras mismas?

Puede que la sociedad nos ponga más trabas a la hora de optar a puestos de responsabilidad, pero en realidad, ¿Cuántas mujeres estamos dispuestas a no poner límites a nuestra carrera profesional para llegar a lo más alto?

Cada vez hay más mujeres cualificadas, que luchan por conseguir reconocimiento en su ámbito laboral y que destacan en múltiples facetas, pero son muchas también las que ponen freno a su carrera poniendo como excusa su familia y sus tareas domésticas.

Y eso está muy bien, es ante todo una decisión personal, pero si una mujer realmente se propone llegar a lo más alto esta excusa no tiene validez porque para algo está la corresponsabilidad en el hogar, y en nuestras manos está exigir la colaboración de nuestras parejas y de nuestros propios hijos para disponer del tiempo necesario para desarrollarnos, para estar con nosotras mismas y poder reflexionar, pensar, marcarnos metas, objetivos y decidir qué camino seguir.

Con esta actitud, daremos ejemplo a nuestros hijos de que además de nuestro amor y dedicación hacia ellos, tenemos otro papel importante que desempeñar en nuestra vida profesional, porque nos hemos preparado para ello, porque nos enriquece, nos hace feliz y porque así lo queremos. Sin sentimientos de culpabilidad.


Pero a veces nos escudamos en nuestros deberes familiares para ocultar otros grandes enemigos: la inseguridad y el perfeccionismo. Quizá sea esto lo que más nos diferencie de nuestros congéneres a la hora de prosperar en el trabajo pues ellos, por norma general, no son tan meticulosos, son más arriesgados, no tienen tanto miedo a equivocarse y la familia no suele ser un impedimento para ellos.

Pues como dice la canción de Diego Torres "Color Esperanza", tenemos que liberarnos de los miedos y echarlos afuera, tenemos que luchar contra los estereotipos que ponen freno a nuestros sueños porque, reconócelo, somos estupendas, y disponemos de capacidades que cada vez son más valoradas en las empresas como nuestra capacidad para comunicar, para dialogar, para empatizar con los demás, nuestro tesón y capacidad de trabajo y por supuesto nuestro carisma natural, en definitiva... ¡Porque nosotras lo valemos!.
 
 
Así pues, si queremos emprender un camino hacia nuevas metas, debemos ser ante todo muy sinceras con nosotras mismas, conocernos bien, y seguir estos consejos:
 
Toma riesgos, porque suele ser muy rentable.
 
Fórmate, para tener visión y perspectiva.
 
Define tu marca, define cómo quieres ser y consíguelo, pero sobre todo siendo coherente y sincera contigo misma.
 
Cuida tus redes, para estar al día, para conseguir contactos y no perder oportunidades.
 
Y por último: Pon pasión en lo que haces

sábado, 5 de marzo de 2016

KEEP CALM o "Cuenta hasta 10"

El mensaje “Keep Calm” (mantén la calma) se ha puesto tan de moda que podemos verlo aplicado a mil situaciones como “Keep Calm and enjoy the life” (Mantén la calma y disfruta de la vida) o “Keep Calm and eat a cake” (Mantén la calma y come un pastel) por poner algún ejemplo.

El caso es que este tipo de mensajes nos vienen muy bien pues de vez en cuando nos conviene recordar que debemos tranquilizarnos ante situaciones de estrés pues no hay nada peor que perder los nervios, y todos sabemos lo fácil que es estallar cuando alguien nos saca de las casillas. 

Lo que es difícil es encontrar el momento idóneo, el ambiente propicio y las palabras adecuadas para hacer saber cómo te sientes en realidad. Y eso es justo lo que deberíamos hacer si queremos mantener un equilibrio emocional con nosotros mismos y con los demás.


Si lo piensas, atacar de forma violenta, con insultos o críticas es algo que cualquiera puede hacer pero con ello lo único que conseguimos es agravar la situación provocando en los demás una reacción de contraataque o en el mejor de los casos de huida o mutismo pero, ¿Qué podemos hacer en estos casos?.


Daniel Goleman, en su libro “Inteligencia Emocional” propone los siguientes consejos para controlar nuestro temperamento:


1.- Observarse: Toda emoción es una acción planeada por el cuerpo, es un impulso para responder ante un estímulo que puede traducirse en huida, llanto, lucha, etc. Es importante observar nuestras reacciones y reconocer las situaciones o las personas que nos descolocan.  

2.- Buscar un modelo: Las personas que controlan sus impulsos suelen tener buenas relaciones con los demás. Busca personas con este perfil y fíjate en cómo se desenvuelven y cómo reaccionan ante situaciones difíciles. Si tienes hijos es importante que adoptes este papel y te conviertas en un modelo de conducta para ellos.

3.- Percibir las señales: Escucha tus instintos, familiarízate con esas sensaciones con las que el cerebro te avisa de que se va a desencadenar un arrebato (se contrae el estómago,  se frunce el ceño, se siente tensión general, etc.).

4.- Contar hasta 10: Es difícil predecir cuándo vamos a sentir una emoción o de qué forma lo hará, por eso, cuando nos surja una emoción de ira, debemos aprender a pararnos, darnos un tiempo para pensar qué posibilidades de respuesta tenemos y escoger la que mejor resultado pueda proporcionarnos.

5.- Repetir los pasos cada vez que ese impulso vuelva a repetirse, y sobre todo, perdónate si no puedes controlarlo.


Piensa que ser inteligente con nuestras emociones además es bueno para nuestra salud. Las personas que siempre están alteradas, que son pesimistas o viven continuamente estresadas sufren un gran riesgo de contraer una enfermedad, así que a partir de ahora, ya sabes KEEP CALM y cuenta hasta 10.