El mensaje “Keep Calm” (mantén la calma) se ha puesto tan de
moda que podemos verlo aplicado a mil situaciones como “Keep Calm and enjoy the life” (Mantén
la calma y disfruta de la vida) o “Keep Calm and eat a cake” (Mantén la
calma y come un pastel) por poner algún ejemplo.
El caso es que este tipo de mensajes nos vienen muy bien pues de vez en cuando nos conviene recordar que debemos tranquilizarnos ante situaciones de estrés pues no hay nada peor que perder los nervios, y todos sabemos lo fácil que es estallar cuando alguien nos saca de las casillas.
Lo que es difícil es encontrar el momento idóneo, el ambiente propicio y las palabras adecuadas para hacer saber cómo te sientes en realidad. Y eso es justo lo que deberíamos hacer si queremos mantener un equilibrio emocional con nosotros mismos y con los demás.
El caso es que este tipo de mensajes nos vienen muy bien pues de vez en cuando nos conviene recordar que debemos tranquilizarnos ante situaciones de estrés pues no hay nada peor que perder los nervios, y todos sabemos lo fácil que es estallar cuando alguien nos saca de las casillas.
Lo que es difícil es encontrar el momento idóneo, el ambiente propicio y las palabras adecuadas para hacer saber cómo te sientes en realidad. Y eso es justo lo que deberíamos hacer si queremos mantener un equilibrio emocional con nosotros mismos y con los demás.
Si lo piensas, atacar de forma violenta, con insultos o
críticas es algo que cualquiera puede hacer pero con ello lo único que
conseguimos es agravar la situación provocando en los demás una reacción de
contraataque o en el mejor de los casos de huida o mutismo pero, ¿Qué podemos
hacer en estos casos?.
Daniel Goleman, en su libro “Inteligencia Emocional” propone
los siguientes consejos para controlar nuestro temperamento:
1.- Observarse: Toda
emoción es una acción planeada por el cuerpo, es un impulso para responder ante
un estímulo que puede traducirse en huida, llanto, lucha, etc. Es importante
observar nuestras reacciones y reconocer las situaciones o las personas que nos
descolocan.
2.- Buscar un modelo:
Las personas que controlan sus impulsos suelen tener buenas relaciones con los demás. Busca personas
con este perfil y fíjate en cómo se desenvuelven y cómo reaccionan ante
situaciones difíciles. Si tienes hijos es importante que adoptes este papel y
te conviertas en un modelo de conducta para ellos.
3.- Percibir las
señales: Escucha tus instintos, familiarízate con esas sensaciones con las que el
cerebro te avisa de que se va a desencadenar un arrebato (se
contrae el estómago, se frunce el ceño,
se siente tensión general, etc.).
4.- Contar hasta 10: Es difícil predecir cuándo vamos a sentir una emoción o de qué forma lo hará, por eso, cuando nos surja una emoción de ira, debemos aprender a pararnos, darnos un tiempo para pensar qué posibilidades de respuesta tenemos y
escoger la que mejor resultado pueda proporcionarnos.
5.- Repetir los pasos cada vez que ese impulso vuelva a repetirse, y sobre todo, perdónate si no puedes controlarlo.
Piensa que ser inteligente con nuestras emociones además es bueno para nuestra salud. Las personas que siempre están alteradas, que son pesimistas o viven continuamente estresadas sufren un gran riesgo de contraer una enfermedad, así que a partir de ahora, ya sabes KEEP CALM y cuenta hasta 10.
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