sábado, 24 de septiembre de 2016

Decir adiós

Una de las situaciones más trágicas y difíciles de nuestra vida es cuando tenemos que enfrentarnos a la pérdida de un ser querido. Sea cual sea la circunstancia que nos separe definitivamente de una persona es sin duda una durísima prueba que en algún momento debemos afrontar y superar.

Poder despedirte de los tuyos tiene por otro lado cierto poder reconfortante porque, aunque sea una experiencia dura y amarga, nos permite manifestar por última vez nuestros sentimientos, decir todo aquello que no dijimos, perdonar, y sentirnos perdonados, y más importante aún, es un acto de amor en el que lo principal es que aquel que se va, lo haga rodeado de verdadero cariño.

Sin embargo, no siempre tenemos oportunidad de despedirnos, lo sé por experiencia, y por eso considero importantísimo vivir sin asuntos pendientes que resolver, sin demorar los encuentros con la gente que realmente nos importa y sin dejar de demostrar cada día cuánto nos interesan esas personas a las que amamos.

En la vorágine de nuestro día a día rara vez somos conscientes de que hoy puede ser el último día, y cuando ese día llega, porque algún día ha de llegar, aparecen los remordimientos por todo lo que hicimos mal y todo lo que no hicimos bien.

¡Cuántas veces nos distanciamos de las personas por malentendidos absurdos! Pero si la rabia y el orgullo no nos cegasen, si nos dispusiéramos a hablar, y más importante aún, a escuchar, si tuviéramos la sana intención de querer aclarar nuestras diferencias, entonces evitaríamos esos conflictos que no nos dejan dormir en paz, y sobre todo, nos libraríamos de ese desasosiego que siempre nos acompañará por no haber sido valientes, por falta de entendimiento, por no saber perdonar.

Así que amigos, abrid vuestros corazones, demostrad vuestro cariño y estad abiertos al perdón, al fin y al cabo ¿quién no se ha equivocado alguna vez?

"Vive cada día como si fuera el último de tu vida"

domingo, 18 de septiembre de 2016

Tiempo de Cambios

Se cumplieron mis temores y de la noche a la mañana la temperatura cayó en picado pillándonos a todos, como quien dice, con las sandalias puestas.

En esta época medio veraniega y medio otoñal me divierte ver cómo el "Street Style"  se convierte en una pesadilla para quienes no saben cómo afrontar el cambio de temporada y piensan que, en cuestión de moda, todo está permitido. De esta forma aún podemos encontrar coloridos vestidos y pies casi desnudos caminando ateridos por la calle, mientras que las botas cowboy y los sofocantes jerséis hacen ya aparición en nuestras ciudades.

Es tiempo de retirar las prendas más playeras de nuestro armario y aprovechar los últimos coletazos del verano para seguir luciendo nuestros conjuntos favoritos añadiéndoles un toque personal como una cazadora vaquera, una cálida chaqueta o un confortable pañuelo alrededor del cuello. Estos complementos se convertirán en aliados perfectos para estos días, sin olvidarnos, por supuesto, de la prenda estrella de todas las temporadas, los socorridos jeans, ya sean azules o blancos, que nos pueden sacar de más de un apuro.
 
Y con la llegada del otoño, aparecen los primeros síntomas de tristeza pos-vacacional. Atrás quedaron los largos días del verano y el "dolce far niente" de las vacaciones. Pero la vida continúa y no podemos dejarnos abatir por la vuelta a la rutina. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. Saca tiempo para ti, planifica actividades que te motiven y trata de mantenerte activo con ejercicio y llevando una dieta sana y equilibrada.
 
Yo misma ya tengo la agenda semanal casi completa con actividades "extraescolares" que sé que me van a mantener alejada de la monotonía. Voluntariado, gimnasio, piscina, spa, escritura, canto... 

¡Pues sí! Este año he decidido ampliar mis horas lúdicas y después de muchos años he regresado como hija pródiga al polideportivo donde sorprendentemente estoy creando una bonita historia de amistad con la elíptica. Ahora toca convertirlo en hábito aunque para eso dicen que hace falta repetirlo durante 20 días. ¡Y voy a conseguirlo!

¡Hasta pronto amigos!



 

jueves, 8 de septiembre de 2016

¡Qué calor!

La exclamación más repetida por todos los españoles durante esta semana. No recuerdo un mes de septiembre más caluroso que este, ¡Si hemos sobrepasado los 40ºC!

Pero a decir verdad prefiero estirar todo lo posible el calorcito y aprovechar todo lo bueno que nos reporta la luz del sol que tener que dar ya la bienvenida al otoño con la gabardina puesta. Porque amigos, aunque no lo parezca, el otoño está a la vuelta de la esquina y sólo de pensar en tener que volver a guardar la ropa de verano y empezar a rescatar los abrigos me produce una pereza inmensa.

Cuando veo en las revistas esos vestidores kilométricos donde todo está al alcance de la mano, todo tan bien colocadito ya sea por colores, por temáticas o por estaciones me quedo realmente embobada ¡Y qué decir de esas colecciones de bolsos y zapatos que lucen como verdaderas joyas en amplias estanterías! ¡Pero qué pocholada! ¡Qué cuqui todo!.

Pues sí amigos, aunque suene a necia o superficial, mi sueño no es irme de vacaciones a las Seychelles ni dar la vuelta al mundo. Mi sueño sería tener un armario enorme en el que cupiera la ropa de todas las temporadas para no tener que ir arrastrando cajas de un sitio a otro cada vez que cambiamos de estación. ¡Sería fantástico!. Pero bueno, al menos he conseguido organizarme un poco mejor siguiendo los consejos de Mari Kondo y deshaciéndome de bolsas y bolsas de ropa.

Aprovechemos estos últimos coletazos del verano para disfrutar de la luz, para refrescarnos en la piscina o en la playa, para comer helados artesanos, gazpachos y toda clase de fruta, porque dentro de poco lo estaremos echando de menos. Y por supuesto, sin separarnos del abanico y la botella de agua.

¡Ánimo!

miércoles, 7 de septiembre de 2016

De nuevo por aquí

Hola amigos,

Hace varios meses que no publicaba ningún artículo en mi blog y comienzo a sentir la necesidad de volver a abrir mi ventana y dejar pasar por ella mis pensamientos, experiencias, ideas, etc.

Necesitaba reflexionar, planificar, desconectar, y eso es precisamente a lo que me he dedicado durante este tiempo.

Me he planteado cosas como abrir un nuevo blog dedicado a la moda, y me han asaltado grandes deseos de cambio. He buscado nombres nuevos para mi perfil, he garabateado logos y símbolos y me he asomado a otras plataformas, pero de momento sigo apegada a esa ventanuca florida que escogí como icono cuando inauguré mi blog hace casi dos años.

Y aquí estoy de nuevo amigos, deseando contaros cosas nuevas y aprovechando este espacio para escribir por el simple placer de escribir, esperando que desde donde sea que me estéis leyendo, mis palabras sirvan siempre de fuente de inspiración y de alegría.

¡Hasta pronto!