viernes, 30 de octubre de 2015

¿Calabazas o buñuelos?

Un año más las calles se visten de crisantemos y huesos de santo pero también de calabazas y disfraces. Es la cara y cruz de una festividad en la que el culto a los difuntos cobra protagonismo aunque lo festejemos de diferentes maneras.

No puede negarse que España es un país de gran riqueza cultural donde se celebran cientos de tradiciones, y aunque la costumbre más generalizada por Todos los Santos es la de visitar con la familia el cementerio y depositar flores frescas en las tumbas de nuestros seres queridos como símbolo de respeto y de cariño, hay otras fiestas que se celebran en estas fechas como por ejemplo la del Magosto o la Castañada en el norte, la Fira de Tots los Sants en Concentaina (Alicante) o las procesiones de origen celta que se realizan en algunos pueblos de Galicia y que es lo que más se asemeja a Halloween.

Y es que lejos de nuestro arraigo, desde hace varios años hemos visto cómo otras prácticas han ido ocupando un lugar cada vez más destacado en los escaparates de nuestras ciudades. Me refiero a la fiesta de Halloween o noche de brujas que, siendo también de origen celta, nació para celebrar el fin de año que coincidía con el 31 de octubre y para asustar a los espíritus que, según su creencia, ese día podían salir del cementerio para reencarnarse en el cuerpo de los vivos. Lo cierto es que a este ritual se han ido sumando otras leyendas procedentes de diversos lugares de Europa y Norteamérica que en los últimos años han acabado por mercantilizarse haciendo de Halloween un gran negocio para comerciantes pero también una fiesta popular para los más jóvenes ya que, con su colorido y sus terroríficos disfraces, tiene como objetivo desdramatizar, parodiar y hacer burla a la muerte. (Si te interesa conocer el curioso origen de la calabaza, de los disfraces y otros símbolos típicos de Halloween te invito a echar un vistazo a este post de Elenita Fashionista).

Personalmente me parece importante mantener una tradición como la de Todos los Santos ya que es una manera de honrar y recordar públicamente a nuestros difuntos y que forma parte de nuestra propia cultura pero del mismo modo estoy abierta a nuevas costumbres y a coger lo bueno y lo mejor de cada tendencia, al fin y al cabo la historia es una eterna evolución en la que desde siempre los pueblos han ido cogiendo influencias de otros pueblos y civilizaciones, pues si no hubiera sido así, quizá aún estaríamos en las cavernas.

Es posible que haya visto muchas películas americanas pero el caso es que los adornos de Halloween me parecen muy creativos y simpáticos, me encanta repartir dulces a los niños y recuerdo que hasta una vez me disfracé de brujita para asistir a una fiesta en la que me lo pasé terroríficamente bien y os aseguro que la fiesta no tenía nada de satánica. Y es que en el mundo en el que vivimos, cada vez más globalizado, ante todo debemos aprender a respetarnos los unos a los otros y que cada uno viva sus tradiciones a su manera.

Y hablando de tradiciones, yo este año he optado por cumplir con otra de las costumbres más españolas que tenemos en estas fechas y me acercaré hasta Alcalá de Henares para disfrutar de la representación del Don Juan Tenorio que, como es habitual, se recrea en diferentes espacios del centro histórico de la ciudad. Y es que esta obra es muy apropiada en estos días pues en ella se desarrolla el tema de la muerte y parte de ella transcurre en un cementerio donde las apariciones, los espíritus, la redención y la salvación del alma arrepentida son los protagonistas. Y como la obra es al aire libre y el tiempo ya refresca, espero poder comprar un cucurucho de castañas asadas para calentar los bolsillos y sentir su tostada piel crujir entre mis dedos.

Por cierto, ¿Sabías que según la tradición cuando comes un buñuelo se salva un alma del Purgatorio?

Pues a comer todos buñuelos. ¡Feliz día de Todos los Santos!.