domingo, 15 de mayo de 2016

Frente al acoso ¿Callas, otorgas o denuncias?

El acoso escolar es un tema preocupante en el que deberían implicarse los compañeros de la víctima, porque ellos, que son testigos directos de los asedios, son los que deberían unirse y dar la voz de alarma a los profesores y a los padres para que tomen cartas en el asunto.

Sin embargo, esto no suele ser así. Los testigos temen convertirse en nuevas víctimas y se vuelven indiferentes hacia unas conductas que deberían ser reprochadas desde el primer momento.

Miedo es la palabra clave, pero otra es cobardía.

Entre los testigos también se encuentran otro grupo de rapiñas que se aprovechan de la situación para reforzar la conducta del acosador, alabarle sus hazañas y arremeter igualmente contra la víctima con el fin de ganar puntos pensando en hacerse más populares y guays.

Ambos grupos, los que callan y los que otorgan se convierten automáticamente en cómplices del acosador.

¿Y qué hacemos los padres y profesores ante estas situaciones? Pues muchas veces, en vez de reprender y castigar duramente al acosador, lo que tratamos es de hallar conductas en la víctima que justifiquen el modus operandi del hostigador y aconsejamos que trate de modificar su actitud para evitar los ataques.

¡Pero qué confundidos estamos!

¿Sabíais que las víctimas no son siempre los más débiles sino que muchas veces son precisamente personas que destacan por su inteligencia, físico, madurez, justicia o alguna otra virtud que provoca la envidia del acosador?

Lo que debemos hacer los padres, sin dudarlo, es denunciar.

Si conoces algún caso, te recomiendo que leas esta guía sobre el acoso escolar y lo compartas en tus redes: http://www.acosoescolar.com

¡Acabemos con el acoso!

domingo, 8 de mayo de 2016

¿A qué esperas?

¿Cuánto tiempo hace que realizas el mismo trabajo? ¿Cuánto hace que sigues las mismas rutinas? ¿Te sientes cómodo con tu estilo de vida o ya estás harto de hacer más de lo mismo?.
 
Es muy probable que te encuentres en tu zona de confort, un lugar donde te sientes seguro y de donde te da miedo salir, pero ¿Has pensado todo lo que puedes ganar saliendo de ese ámbito?.
 
A veces necesitamos un empujoncito para dar el salto, pero no es necesario esperar a que te despidan del trabajo para tratar de innovar y reciclarte. ¡Es hora de elevar el ancla!:
 
  • Prueba a realizar cursos de formación de materias que te interesen y que puedan ayudarte a progresar en tu empleo.
  • Observa a esas personas a quienes admiras y que han conseguido éxito en su vida. Descubre cómo han conseguido llegar a donde han llegado y en qué competencias destacan.
  • Colabora con otros departamentos de la empresa y trata de aprender nuevas tareas y procesos.
  • Toma la iniciativa y trata de mejorar cualquier procedimiento que consideres mejorable en tu empresa.
  • Piensa en aquello con lo que soñabas cuando eras joven, las actividades en las que destacabas y con las que te sentías realmente feliz ¿Por qué no pruebas a rebuscar en el niño que llevas dentro y tratas de hacer realidad aquellos sueños que quedaron dormidos? Quizá la clave se encuentre ahí.
  • Ten la determinación y la fuerza de voluntad para hacer aquello con lo que siempre soñaste y no esperes más. Es probable que tengas que dedicarle un tiempo extra y puede que implique ciertas dificultades pero la ilusión de conseguir cumplir tu sueño será tu mejor aliado.
 
Te invito a reflexionar, a pensar si quieres permanecer en tu zona de confort o si te atreves a dar el salto, marcarte nuevos retos y hacer trabajar un poco más a tus neuronas.
 
 
Recuerda: "La ocasión hay que crearla, no esperar a que llegue"