Me acababan de contar un chisme de lo más sorprendente y morboso. Un chisme que ya había traspasado fronteras y corría de boca en boca como una de las historias más escandalosas de la ciudad. ¿Podría ser aquello verdad?. Conocemos el dicho: "cuando el río suena agua lleva", pero, ¿quería convertirme en cómplice de tal injuria?. Por supuesto que no.
No era la primera vez que llegaban a mis oídos habladurías acerca de engaños, cuernos y otros líos de compañeros de trabajo, incluso de amigos muy íntimos, pero de niña me enseñaron una regla de oro para la convivencia: "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti", a la que por experiencia suelo añadir: "no creas todo lo que te cuenten". Por lo tanto, no sólo hago oídos sordos a las críticas maliciosas, sino que intento frenar la rueda de enredos poniendo en tela de juicio la veracidad de los hechos. Sólo así puedo sentirme bien con mi propia conciencia.
Tan sólo imagínate cómo te sentirías si de repente te enteras de que eres la comidilla del trabajo, el foco de atención de todo el barrio, y todo porque un día, a un despreciable personajillo se le ocurrió la jugosa idea de decir, por ejemplo, que estabas liada con tu jefe, siendo por supuesto absolutamente falso. ¿Cómo reaccionarías?. ¿Cómo se sentiría tu pareja, tus hijos o tu familia?. ¿Cómo influiría eso en tu forma de vida?.
Calumniar e injuriar a alguien son asuntos muy graves, son delitos contra el honor que además son querellables. Así que antes de hablar mal de alguien, deberíamos pensarlo tres veces y preguntarnos si la información es cierta, si se va a utilizar para algo bueno y si es verdaderamente útil para la otra persona.
Calumniar e injuriar a alguien son asuntos muy graves, son delitos contra el honor que además son querellables. Así que antes de hablar mal de alguien, deberíamos pensarlo tres veces y preguntarnos si la información es cierta, si se va a utilizar para algo bueno y si es verdaderamente útil para la otra persona.
Dejemos a cada uno vivir su vida, respetemos sus decisiones personales y evitemos lanzar y difundir injurias que denigren la integridad de la gente porque de lo contrario, no sólo podríamos hacernos responsables de crear un daño, a veces irreparable, sino que se trata de una de las bajezas más grandes del ser humano que esconde personalidades envidiosas, soberbias, aburridas, insatisfechas y llenas de rencor.
¿Quiénes somos para juzgar la vida de los demás?
Vivamos nuestra vida, solucionemos nuestros propios problemas y tratemos de ser felices sin necesidad de desacreditar la conducta del prójimo para ensalzar la nuestra. Porque al fin y al cabo, las personas que disfrutan criticando con maldad, dicen mucho de sí mismas con su actitud, y eso, lo define muy bien la siguiente frase: "Lo que dice Juan de Pepe dice más de Juan que de Pepe". Así que tenlo en cuenta la próxima vez que te vengan con cotilleos y no te fíes del mensajero.
Recuerda: antes de criticar pregúntate si es cierto, si es bueno y si es útil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario