sábado, 16 de mayo de 2015

Vencer la timidez

Si eres una persona tímida, seguro que a estas alturas te habrás dado cuenta que no estás solo ya que a gran parte de la población le sucede lo mismo que a ti. La diferencia es que algunos tienen la valentía de salir de su caparazón y buscar formas de relacionarse y mejorar sus habilidades sociales, mientras que otros se quedan agazapados esperando a que los demás tomen la iniciativa.

Reconócelo, es cómodo vivir en tu mundo, sin necesidad de tener que exponer tus opiniones ante los demás, sin arriesgarte a fallar o a hacer el ridículo. Pero reconócelo también, esto no te hace feliz. Por eso, si lo que quieres es mejorar tus habilidades sociales y sentirte integrado en la sociedad, tienes que quererlo realmente, ponerte manos a la obra y no claudicar.
 
Muchos de nuestros complejos o miedos tienen que ver con nuestras experiencias pasadas. Nuestro inconsciente nos frena ante situaciones en las que prevemos que podemos volver a sentirnos bloqueados o ridiculizados y esto hace que adoptemos la actitud del caracol escondiéndonos ante situaciones incómodas. Sin embargo, debemos tratar de liberarnos de esos pensamientos negativos y ser más objetivos ya que si en alguna ocasión nos hemos sentido mal al hablar con alguien, eso no tiene por qué ocurrir de nuevo ¿verdad?
 
Así que seamos valientes, evitemos los pensamientos negativos y empecemos a mejorar nuestras relaciones interpersonales con estas pautas que indico a continuación:
 
Acostúmbrate a oír tu voz Cuando yo era adolescente me daba mucha vergüenza hablar porque estaba convencida de que mi voz era ridícula. Basaba esto en una mala experiencia que tuve en la que alguien me hizo burla imitándome con voz de pito. Sentí tal vergüenza que aquello me bloqueó durante mucho tiempo. Pues fíjate, ahora no sólo he superado ese complejo sino que hasta canto como soprano en un coro y acepto mi voz tal y como es, dulce y a veces un poco infantil, pero para nada horrorosa. Además, me encanta cuando cojo el teléfono y me preguntan si están mis papás.
 
Probablemente uno de los bloqueos más frecuentes a la hora de hablar con los demás es el temor a no modular bien tu voz, a tartamudear, a quedarte en blanco. Pues bien, para acostumbrarte a oír tu voz, lee en voz alta siempre que puedas, de esa forma ejercitarás tus cuerdas vocales y te acostumbrarás a hablar más. Además, es importante que te grabes y luego te escuches para familiarizarte con tu voz y para encontrar esos fallos de acentuación o modulación que podrías mejorar.
 
Ensaya discursos en los que cuentes, a un público imaginario, cualquier tema que se te ocurra, ya sea de actualidad, de trabajo, o de cualquier cosa que hayas leído o escuchado en los medios de comunicación y dale tu toque personal. Recuerdo que cuando yo era estudiante, siempre tenía un gran espejo en mi habitación y ensayaba todo tipo de conversaciones ante él. De esta forma, no sólo podía practicar el lenguaje, sino que podía ver mis gestos, mi postura y eso me ayudaba a conocerme mejor y a “rectificar” mis errores o reforzar mis puntos fuertes como por ejemplo la sonrisa.
 
Ponte al día con temas que puedan servir para avivar una conversación y aportar datos nuevos o tu propio criterio. Pueden ser temas relacionados con viajes, deportes, películas, música, etc.
 
Piensa en positivo, ten sentido del humor, y descarta las presunciones que te hacen anticipar que vas a hacer el ridículo o que los demás te van a rechazar. No trates de ser tan perfeccionista, si te equivocas ¿qué puede pasar? sé el primero en reírte de tus propios errores.
 
Relaciónate. No digas no a un evento social pues es la única forma de poner en práctica tus avances. Comienza por situaciones más fáciles como pueden ser reuniones con amigos íntimos o con la familia y trata de ser parte activa en la conversación. Luego, poco a poco, es recomendable que te vayas lanzando a hablar con otros grupos de personas con los que puedes ir rompiendo el hielo practicando tus nociones sobre los temas de actualidad que has estado ensayando. Y si estás en un grupo de gente o en una reunión social, trata de colocarte cerca de las personas con las que te sientas más cómodo y no te quedes relegado en un rincón.
 
Escucha lo que dicen los demás y no te agobies pensando mientras tanto en lo que vas decir tú cuando te llegue el turno. Esto es un error muy común. Deja que la conversación fluya con naturalidad y cuando te llegue la hora de hablar, mira a los ojos de tu interlocutor, y lo que digas, hazlo en un tono de voz, alto, claro y pausado, que se te oiga bien. Si tu voz tiembla, no le des importancia y continúa hasta que termines de decir lo que querías. Para eso ya habrás estado ensayando en tu casa. Los tímidos a veces hablamos tan bajito que los demás pasan por alto nuestros comentarios y eso nos ofusca más porque pensamos que lo que decimos no le importa a nadie.
 
Además, te animo a que te apuntes a alguna asociación o a alguna actividad que te guste, así conseguirás ampliar tu círculo de amistades y tendrás oportunidad de practicar y desarrollar mejor tus habilidades sociales con personas con las que tienes aficiones en común.
 
Y por último recuerda:
 
No sientas miedo al rechazo, no te rechaces tú. No tengas miedo a que no te valoren, valórate tú.
 
¡Animo y mucha suerte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario