Queridas, ¿Qué nos impide llegar allí donde queremos estar?. ¿No es cierto que uno de nuestros peores enemigos somos nosotras mismas?
Puede que la sociedad nos ponga más trabas a la hora de optar a puestos de responsabilidad, pero en realidad, ¿Cuántas mujeres estamos dispuestas a no poner límites a nuestra carrera profesional para llegar a lo más alto?
Cada vez hay más mujeres cualificadas, que luchan por conseguir reconocimiento en su ámbito laboral y que destacan en múltiples facetas, pero son muchas también las que ponen freno a su carrera poniendo como excusa su familia y sus tareas domésticas.
Y eso está muy bien, es ante todo una decisión personal, pero si una mujer realmente se propone llegar a lo más alto esta excusa no tiene validez porque para algo está la corresponsabilidad en el hogar, y en nuestras manos está exigir la colaboración de nuestras parejas y de nuestros propios hijos para disponer del tiempo necesario para desarrollarnos, para estar con nosotras mismas y poder reflexionar, pensar, marcarnos metas, objetivos y decidir qué camino seguir.
Con esta actitud, daremos ejemplo a nuestros hijos de que además de nuestro amor y dedicación hacia ellos, tenemos otro papel importante que desempeñar en nuestra vida profesional, porque nos hemos preparado para ello, porque nos enriquece, nos hace feliz y porque así lo queremos. Sin sentimientos de culpabilidad.
Pero a veces nos escudamos en nuestros deberes familiares para ocultar otros grandes enemigos: la inseguridad y el perfeccionismo. Quizá sea esto lo que más nos diferencie de nuestros congéneres a la hora de prosperar en el trabajo pues ellos, por norma general, no son tan meticulosos, son más arriesgados, no tienen tanto miedo a equivocarse y la familia no suele ser un impedimento para ellos.
Pues como dice la canción de Diego Torres "Color Esperanza", tenemos que liberarnos de los miedos y echarlos afuera, tenemos que luchar contra los estereotipos que ponen freno a nuestros sueños porque, reconócelo, somos estupendas, y disponemos de capacidades que cada vez son más valoradas en las empresas como nuestra capacidad para comunicar, para dialogar, para empatizar con los demás, nuestro tesón y capacidad de trabajo y por supuesto nuestro carisma natural, en definitiva... ¡Porque nosotras lo valemos!.
Así pues, si queremos emprender un camino hacia nuevas metas, debemos ser ante todo muy sinceras con nosotras mismas, conocernos bien, y seguir estos consejos:
Toma riesgos, porque suele ser muy rentable.
Fórmate, para tener visión y perspectiva.
Define tu marca, define cómo quieres ser y consíguelo, pero sobre todo siendo coherente y sincera contigo misma.
Cuida tus redes, para estar al día, para conseguir contactos y no perder oportunidades.
Y por último: Pon pasión en lo que haces