Tras la decepción que me llevé estas
Navidades con la película “Villaviciosa de al lado”, la cual, como debía haber previsto, recurre al humor fácil
y a la grosería chabacana con el fin de arrancar carcajadas en un público que apenas respondimos con un par de escuetas risas, por fin consigo
pasar una buena tarde de cine gracias a la comedia francesa “Retour chez ma
mère” dirigida por Eric Lavaine.
Desde luego, algo tiene el cine francés
que me encandila. Películas como “Intocable”, “Dios mío ¿pero qué te hemos
hecho?”, “La delicadeza”, “Potiche, mujeres al poder” o “Amelie” son algunas
que me dejaron buen sabor de boca y que consiguieron mantenerme dos horas
hipnotizada frente a la gran pantalla.
Salir del cine con una gran sonrisa en la
cara para mí es una gran premisa porque voy buscando pasar un buen rato, olvidarme de la monotonía y
recrearme con los diálogos, el vestuario, la fotografía y la música, detalles
que todas estas películas miman con esmero añadiendo además un tono de humor amable, fino,
inteligente y carente de mal gusto que es lo que precisamente busco.
Si tienes oportunidad de ver este film, no lo dudes porque es muy entretenido y no pierdas detalle a cada gesto de la madre, interpretada por la genial Josiane Balasko, déjate seducir por esas escenas familiares llenas de encuentros y desencuentros y toma buena nota del trasfondo que esconde esta comedia, en la que se demuestra que cada uno recoge lo que siembra, que no se debe prejuzgar al prójimo y que para el amor siempre hay edad.
¡Espero que la disfrutéis tanto como yo!