Abro la ventana de par en par y un soplo de aire penetra desvergonzado en mi dormitorio. Cierro los ojos y me dejo llevar por un fresco aroma mientras
que la suave luz del sol ilumina débilmente mi rostro.
Es el despertar de un nuevo día, la oportunidad de vivir nuevas
experiencias, de compartir vivencias con mi gente. Es una sensación plácida que
inunda mis sentidos y podría permanecer así minutos y hasta horas, sintiendo
cómo el aire se introduce en mis pulmones y se expande por cada cavidad interna
de mi cuerpo.
Inspirar, expirar, sentir, vivir, gozar. Ser consciente de
que la felicidad auténtica reside en el disfrute de las pequeñas grandes cosas y que uno puede vivir prescindiendo
de muchos de los lujos absurdos que nos rodean.
Ser capaz de distinguir las luces y las sombras, los colores
y las texturas. Saborear el dulzor de una fruta madura o acariciar el sedoso
pelaje blanco de mi perro travieso. Andar, caminar, bailar, cantar, amar, y no desear nada más. ¡Qué
fortuna más inmensa! ¡Qué riqueza más pura!
Y sabiendo que nuestra vida es efímera y que lo
más sencillo es a menudo lo más hermoso ¿Por qué nos embarcamos en esa rueda de consumismo
que nos incita a acumular y rodearnos de tantas cosas
inútiles? Objetos que un día llegamos a anhelar y perseguir con ansiedad pero que al
final se quedan ahí, insultantes, olvidados, acaparando espacio en nuestra casa
y en nuestro pensamiento, estorbando.
Esta mañana, mientras oxigenaba mis ideas he meditado sobre
la importancia de las cosas, y al abrir los ojos me he propuesto liberarme de los obstáculos y dar más valor a la esencia misma de la vida, a mi propia existencia y a la de los que me
rodean. Voy a deshacerme de esos trastos acumulados, de los recuerdos
superfluos, de los cajones revueltos. Hoy voy a renacer con la convicción
de que la vida es bella y no necesita adornos, aunque sí sonrisas y abrazos,
ternura y amor. Hoy voy a disfrutar de la vida, de mi trabajo, de las charlas
con amigos y de la música que me emociona, pero sobre todo, hoy voy a disfrutar de la compañía de todas las personas a las que quiero.